Emma Watson lo tuvo claro desde el principio. Le bastaron 24 horas para
saber que quería interpretar a Angela Gray, la protagonista de Regresión,
la última película de Alejandro Amenábar encargada de abrir este
viernes la 63ª edición del Festival de Cine de San Sebastián, y que
llegará a la gran pantalla el próximo 2 de octubre.
"Mis
decisiones sobre películas son muy instintivas y rápidas normalmente",
aseguraba la actriz en un encuentro con El Huffington Post días antes
del presentación mundial. Watson da vida a una joven atormentada que
acusa a su padre, John Gray (David Dencik), de cometer un crimen
inconfesable. El detective Bruce Kenner (Ethan Hawke) se encarga de
investigar el caso junto al Dr. Raines (David Thewlis) que se incorpora a
la investigación cuando el padre admite la culpa y así ayudarle a
revivir los recuerdos reprimidos. Lo que descubren es una siniestra
conspiración.
Angela es, en palabras de la actriz, "un
personaje oscuro y difícil" al que tiene mucho que agradecer. "Me siento
más confiada y mejor actriz después de haberla interpretado", añade
esta veterana de 25 años que hace 15 se dio a conocer cuando la
seleccionaron para ser Hermione Granger en la saga Harry Potter y que
suma ya 16 películas, que le han valido 44 nominaciones y 16 premios.
Entre ellos el BAFTA a la mejor actriz del año en 2014.
Watson insiste en que Angela le ha hecho dar "un paso adelante" en su
carrera para el que ha contado con el apoyo de Amenábar. El director, que
vuelve a la gran pantalla tras seis años de sequía (no estrenaba desde
Ágora, en 2009), recupera con este filme de misterio la esencia de Tesis
y Los Otros. Su idea era "volver a la raíz" de su cinematografía, decía
este viernes en su primera vez en San Sebastián.
"Alejandro es alguien en el que puedo confiar. Crea una atmósfera en la
que puedo desarrollar bien mi papel. Sabía que me iba a proteger, iba
a colaborar conmigo. Es increíblemente listo y alguien del que quería
aprender", continúa la actriz, que a principios de 2014 al aceptar el
papel ya se deshacía en halagos: "Me encantan los directores que se
apasionan con locura con su trabajo, que se involucran con cada aspecto
de la película, que escriben, dirigen, producen, que tienen una visión
muy concreta de lo que quieren alcanzar y hacen mi rol de actriz más
fácil (...) Alejandro es uno de esos".
EL PODER DE LA MENTE:
El resultado de ese trabajo conjunto es un cinta para reflexionar sobre
el poder de la mente. Una historia inspirada (no basada) en hechos reales
sucedidos durante los 90 en EEUU en la que Alejandro Amenábar descubre
el lado más perverso de la memoria. "No es una película de miedo, es una
película sobre el miedo, sobre cómo el miedo nos amenaza y nos impide
discernir", decía el director el pasado mes de marzo.
Ese miedo genera cierta desazón en el espectador al que le asalta la
duda. ¿Somos capaces de controlar nuestra mente o es ella la que nos controla a nosotros? "La mente es muy poderosa, tienes que ser muy precavido sobre a quién dejas entrar", advierte Watson.
Su
personaje se mueve entre las aguas de lo divino —la religión— y lo
humano —el razonamiento científico que defienden detective y psicólogo—.
La primera disciplina ha fascinado siempre a la actriz, que confiesa
haber crecido en una familia no demasiado religiosa, pero que asegura
que le atraen "las tradiciones, rituales y los valores que sostiene la
comunidad". Lo que no le gusta, insiste, es "la gente que se obsesiona,
como la que se retrata en la película".
Watson contó para preparar este papel con una asesora de excepción: su
madre. "Hizo un máster de psicología y entendía los diferentes métodos
y terapias. Ella fue en realidad mi gran fuente de información", cuenta
la actriz, que también asegura que la formación de su madre le sirvió
para asumir mejor la religión.
OLVIDANDO A HERMIONE:
Angela Gray es, incluyendo su aparición en la serie The Vicar of Dibley,
el décimo personaje de Emma Watson (fue Hermione Granger en ocho películas
y un corto). Además pronto sumará otros dos a la lista: actualmente
graba The Circle, cuyo estreno está previsto en 2016, y va a ser Bella
en la adaptación del clásico de Disney La Bella y la Bestia. Cada papel
ha sido un paso adelante en su carrera para lograr el objetivo de dejar
atrás al personaje creado por J.K. Rowling. "Cada vez que asumo un papel
tengo que demostrar que puedo ser buena, mala, atrevida o inocente.
Tengo que demostrarle a la gente lo que puedo hacer", decía en una
entrevista con la revista Elle a principios de año.
Pero
Watson quiere dejar claro que no se arrepiente de haber entrado en la
industria, a pesar de los escollos que se ha encontrado en el camino.
"No fue fácil. A veces me he preguntado si estaba en la industria
adecuada. Muchas veces he luchado contra mí misma para sacar esto
adelante", decía en su cita con El Huffington Post.
Hoy
ya no tiene dudas y ha encontrado la fórmula perfecta para trabajar como
actriz y llevar una vida como cualquier joven de su edad. "Creo que es
interesante hacer de otras personas pero es importante dedicar tiempo a
tu propia voz. Es muy importante para mí hablar y vivir como mí misma,
tener un equilibrio entre lo que interpretas y tú mismo".
ENTREVISTA TRADUCIDA POR: Emma Watson Spanish: @emwatsonspanish.
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